EL MIEDO COMO POLÍTICA PÚBLICA
Marco Antonio Delgadillo
– Debemos perder el miedo, alejarnos de esa dependencia perversa… ¡tomemos la decisión que consideremos la más correcta!
En la entrega anterior, abordamos tres palabras: pobreza, hambre y dependencia. Resumiendo, asentamos que con el manejo de la pobreza, el hambre y la dependencia, el sistema político mexicano ha creado un círculo perverso para el manejo de la población, en beneficio de ellos y un puñado de capitalistas corruptos.
Para que el círculo perverso se siga sosteniendo, utilizan, a través de los medios masivos de comunicación, un factor que a la fecha les ha dado resultado y me refiero al MIEDO.
Entendamos el miedo como una alteración de ánimo que produce angustia ante un peligro o un eventual perjuicio, ya sea producto de la imaginación o propio de la realidad.
El miedo a lo desconocido, a la incertidumbre que nos depara si tomamos un camino fuera de lo preconcebido. El pensar que tomemos una decisión correcta, nos hará perder toda la comodidad que tenemos, es suficiente para quedar paralizados, nos angustia perder esa zona de confort en la que desarrollamos nuestras vidas.
Cuando se ha generado esa dependencia el pueblo tiene miedo a perder la miserable vida que lleva; la sociedad plena en corrupción, inseguridad, pobreza y miseria en las distintas actividades de nuestra vida.
Observemos como la propaganda del PRIAN le apuesta a ese miedo, esto me recuerda mi niñez en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, cuando se nos daba la orden de no salir a la calle nos asustaban con el cuento: “ahí viene el coco o viene el señor del costal, que se lleva a los niños desobedientes”.
Hoy esa propaganda política le apuesta a lo mismo, tratar de sembrar esa angustia e incertidumbre en la población, con el cuento de que tal candidato “nos llevará a la quiebra”, “nos sumiremos en el hambre”, “el peso se devaluará”, “quien sabe que pasara con este México”.
La realidad es que ya nos pasó: el peso, a finales de los años sesenta, equivalía, un dólar, a 12.50 pesos; hoy necesitamos 20,000.00 de esos pesos originales, para comprar un dólar. Un litro de gasolina costaba 20 centavos el litro; hoy cuesta 20,000 el litro (sí, 20 mil, recordemos la medida cosmética del “Nuevo Peso”, que le quitó 3 ceros al peso); los niveles de delincuencia eran mínimos, podía dejar mi bicicleta en el arroyo de la calle y no se la llevaban; hoy penetran a nuestras casas y no solo se llevan las bicicletas, sino todo lo que puedan.
Ese miedo no nos permite avanzar, tanto en lo individual como en lo colectivo… tenemos pavor a tomar decisiones, por sencillas que sean y esas decisiones cuentan en nuestra vidas; o somos seres frustrados por la parálisis del miedo o somos triunfadores y no solo me refiero al nivel de vida económico, sino también al equilibrio interior.
Vivimos como zombies, tenemos el piloto automático prendido dejando que los días se acumulen sin pena ni gloria.
Estas próximas elecciones debemos perder el miedo, alejarnos de esa dependencia perversa, tomemos la decisión que consideremos la más correcta sin perder de vista en las desgracias en las que nos han sumidos esos políticos corruptos salgámonos de la zona de confort, arriesguémonos por una vez en la vida tomo el control de ti mismos.
